«Las personas que se cruzan a lo largo de nuestra existencia son como botellas que flotan en el mar; cada una trae consigo un mensaje y aprendizaje, trátalos con sutileza, abordarlas sin prisa y con ternura, llénate de paciencia y presta atención a sus gestos, silencios y entrefrases, pues ellas te darán las piezas para completar el rompecabezas que sincroniza este encuentro. Este libro ha sido un corazonar presente y constante en todos los instantes de la vida; tanto de mi vida personal como de la vida de tantas personas que en el camino he tenido la oportunidad de conocer y reconocer. Cuando nos habituamos a tener pensamientos positivos estamos abriéndole la puerta a esos «pequeños y grandes milagros» que ocurren en nuestra vida.»
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